Good Bye, Lenin (Wolfgang Becker, 2003)
Enorme ironía sobre la caída de un régimen y la rápida y desordenada transición al capitalismo. Pero también llena de guiños a un fenómeno que asomaba a varios años de la caída del Muro: la nostalgia por el ordenado mundo comunista. Autoritario pero seguro.
Protagonizada por el actor hispano-alemán Daniel Brühl, en el papel de un hijo que trata de ocultar a su madre –ferviente partidaria del comunismo y activa militante- la caída del Muro, ocurrida mientras ella estaba en coma para evitar que sufra un segundo ataque al corazón.
En el film se suceden los enredos y las situaciones desopilantes, como suele pasar cuando los protagonistas se complican en una trama de mentiras encadenadas.
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